Antes de ser enviados, los botones pasan por una prueba de aplicación técnica. Esta prueba consiste en simular su colocación en tela para verificar que el sistema de presión funcione correctamente. Se mide la fuerza de cierre y la facilidad de apertura, comprobando que el botón no falle durante el uso cotidiano.
También se evalúa la tensión que el botón puede resistir sin desprenderse, especialmente en prendas de uso frecuente o sometidas a esfuerzo físico como ropa vaquera o infantil. Esta validación garantiza que el producto cumpla con los estándares de seguridad y funcionalidad.
Solo los lotes que superan estas pruebas avanzan a la etapa final. Este control de calidad aporta confianza al cliente, asegurándole que cada botón fue probado y aprobado antes de llegar a sus manos..